Sólo pasaba a saludar (?)

Exhaló el humo de su preciado cigarro y observó a través del vidrio cristalino el paisaje que se le presentaba frente a sí. ¿Esto era la afamada Orden Oscura?

–¿Estás seguro? –preguntó Tom viendo a Shizuo de soslayo, quien se mantenía sereno y de rostro inescrutable; no le gustaba que su jefe le leyera el rostro.

–No mucho, pero tengo aún algunas preguntas sobre todo esto. No me quedaré por mucho –respondió parsimoniosamente, dándole la última calada a su cigarro y dejándolo caer el piso para luego aplastarlo con el zapato, dándole fin al pequeño halo de humo que emanaba aún del diminuto papel con nicotina.

Tom asintió con la cabeza y dio media vuelta, diciéndole unas últimas palabras como “buena suerte” y “nos vemos en Marruecos” pues ahí habían pactado encontrarse cuando todo lo que Shizuo consideraba como papeleo y formalismos acabasen. Una vez solo, el rubio admiró la gran puerta y suspiró.

No tenía idea de qué tenía que hacer ahora.

La guardiana Fou, estaba como siempre haciendo su normal rutina, el de pasar por las noches a revisar la orden. Que mientras, los cientificos dormian en sus camas calientes, esa noche era bastante helada que hacia que la guardiana se estremeciera, del frio que hacia esa noche oscura de luna llena.

Frotando sus brazos contra su cuerpo, para poder calentarse un poco.Miro hacia arriba, dio un bosteso y luego de ello estornudo por el frio que hacia-Achuuuuu!!!-Dijo Fou, por el estornudo que dio.Luego comenzó a limpiarse la naris, y luego siguio refregandose su cuerpo helado.

Pasando por ultima ves esa noche por la puerta, creyo oir a alguien o algo del otro lado. Pero como guardiana, sabia que no tenia que dejar pasare nada aunque sea una rata, suspiro levemente, su aliento se podia de ver esa noche helada.

Abrio lentamente la puerta, y distingio a una figura del otro lado de lapuerta, se acerco un poco tratando de visualisar mejor la imagen en sus ojos-¿Quien esta ahí? ¿Que haces aquí?-Pregunto la pelirrosa, viendo que se trataba de un chico rubio, quien estaba por la orden. Solo se paro firme en frente de el, y espero su respuesta.

Enarcó una ceja al ver salir a una chica bajita de cabello que no distinguía bien si era color rosa o naranja –sus anteojos de cristales azules le impedía ver bien los colores– utilizando un atuendo que prácticamente no le cubría nada y que le parecía extraño que no se estuviese muriendo de frío.

–¿Quién está ahí? ¿Qué haces aquí? –preguntó con voz firme y posición que se podía interpretar como retadora, viéndolo y aguardando por su respuesta.

–Pues… –se rascó distraídamente la mejilla sin variar aquella expresión imperturbable, intentando encontrar las palabras correctas para dirigirse hacia aquella pequeña señorita– Unos tipos de negro que se hacen llamar exorcistas me dijeron que yo era uno de ellos. Me negué a ir con ellos y, siendo sincero, no me interesa el trabajo, pero tengo algunas dudas aún –dijo sin más preámbulos, dejando salir un suspiro y volviendo la mirada hacia otro lado.