Había pasado mucho tiempo con mi maestro, me estaba enseñando como manejar mi arma llamada inocencia, cuando pensaba que nunca acabaría tal entrenamiento y que jamás llegaría a la llamada “orden oscura”, mi maestro me comunico que me tendría ya que separar de el, decía que sabía todo para manejar mi katana ,prepare lo necesario, una mochila con provisiones, un mapa, todo para hacer un viaje cómodo, inicie mi caminata pero no sin antes despedirme de mi maestro, una vez me había despedido me marche, pase por varios pueblos en los que pregunte si conocían la situación de la orden, pero nadie sabía nada de nada, tras pasar por dos pueblos y descansar en el segundo porque se había hecho de noche, al día siguiente compre mas provisiones y reinicie la caminata ,tres pueblos más haya seguía preguntando y lo único que conseguí fue un caballo el cual usaría como medio de transporte, me pare a mitad de otro pueblo y le di unas migas de pan y agua al caballo, además de hacer que descansara él y yo, a la media hora unas nubes grises que tapaban el cielo además de unos truenos anunciaban que iba a haber tormenta, me monte en el caballo y hice que trotara hacia otro pueblo cercano, en el que me resguarde en un hostal de la lluvia, al día siguiente seguía lloviendo pero con menos intensidad, así que aun con ese tiempo me marche camino hacia la orden, por el camino una pequeña niebla no me dejaba ver nada de nada, así que hice parar al caballo por si teníamos algún accidente, cuando agarre de las riendas al caballo y me puse delante de él empezando a caminar y tirando, el caballo venía detrás mirando hacia todos los lados, un rayo ilumino el camino además de poder darme la luz suficiente para ver que a pocos metros había una gran montañas de piedras que llegaban hasta una altura la cual estaba tapada con la niebla
-Parece ser que tengo que escalar para llegar a la orden, o así dijo mi maestro-
Cogí la mochila que estaba encima del caballo y me la colgué a la espalda, toque el lomo mojado del caballo y le di un pequeño golpe para que se fuera de allí y fuera hacia el pueblo en el cual lo ayudarían, me gire y empecé a escalar aquel montículo de piedras, según iba subiendo la niebla se quitaba y poco a poco salía el sol, antes de mover mis manos y mis pies para subir miraba donde ponía cada parte y en donde me estaba sujetando, sabiendo si era seguro o no, cuando llegué a la parte de arriba vi una gran puerta, estaba en lo correcto, había encontrado la orden, como bien me había dicho mi maestro todas las características eran correctas según el edificio que tenía delante, me acerque a la puerta y llame, mientras esperaba que a abrieran la puerta me estruje las ropas para hacer que el agua chorreara en el suelo
-¿Hola? ¿hay alguien?-